Muy cerca de ahí se encuentra O Grove, donde se puede comer un marisco delicioso, los mejillones son una maravilla. Pues bien, hay un puente precioso que une O Grove con la isla de La Toja.
La isla de La Toja, también conocida como Illa da Toxa, A Toxa o Illa de Louxo, es conocida por sus fuentes termales y aguas medicinales. En el siglo XIX se construyó el famoso Balneario de La Toja, trayendo a la isla muchos turistas que venían a beneficiarse de dichas aguas termales ricas en sales minerales con Sodio, Calcio, Hierro y Magnesio.
También se contruyó la fábrica de La Toja, que producía las Sales de La Toja para que los visitantes del Balneario pudieran llevárselas a sus hogares, y en 1904 el famoso Jabón La Toja, con las propiedades de las Sales. Hoy en día podemos seguir disfrutando de estos productos que, además de sus propiedades, tienen un delicioso y característico aroma. Ya en los años 20, los productos de aseo diario dejaron de estar al alcance de unos pocos, y empezaron a fabricar más productos como productos de perfumería, para el afeitado, el famoso jabón Magno, de color negro pero con espuma blanca y hace unos años, su línea spa. Podéis visitar su tienda en La toja, donde exponen productos y anuncios antiguos, os cuentan la historia con fotografías, hay maquinaria antigua para fabricar jabones, el jabón y las sales en sus diferentes estados durante la fabricación, podéis ver in situ las aguas termales y comprar productos de la marca así como souvenirs.
Entrada a la tienda de la fábrica de productos La Toja |
máquina de hacer jabones |
Foto antigua en la tienda de mujeres fabricando jabón La Toja |
Actualmente, en esta isla, además del Balneario, podemos encontrar un extenso club de golf, varios hoteles con spa, restaurantes, parques, puerto deportivo, centro de congresos, el casino, pistas de pádel, tenis, un centro comercial y casas de lujo. Todo muy bien cuidado y muy bonito.
En esta isla también se encuentra la "Ermita de las conchas", también conocida como Capilla de San Sebastián o San Caralampio, una ermita toda cubierta con conchas de vieiras. La planta es la original del siglo XII, en su interior se encuentra una escultura de la Virgen en una concha y cuenta con unas maravillosas vidrieras. La primera vez que la vi, con 11 años, me fascinó, y hoy en día me sigue dejando perpleja, no puedo parar de mirarla.
Os invito a que visitéis esta isla, os deis un paseo por ella, caminando, disfrutando de sus vistas y, si podéis, de la gozada de una experiencia spa con sus aguas termales.
Teresa Gil.
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